"Sólo se sale de una crisis de manera rápida y con pocos daños si se trabaja más y se gana menos".
Angel Nicolás, presidente de los empresarios de C-LM (27/09/2009)

sábado, 17 de abril de 2010

La coexistencia de cultivos transgénicos y tradicionales puede entrañar graves riesgos para la salud de los consumidores


IU estudia lanzar una campaña, a través de mociones en los Ayuntamientos, para solicitar que estos adopten la declaración de municipios libres de transgénicos.

Los productos transgénicos, también conocidos como organismos modificados genéticamente (OMG), son la última expresión de lo que a mediados del siglo pasado se denominó La revolución verde, cuyo fin principal era el incremento en la obtención de productos agrícolas mediante la aplicación de técnicas industriales: gran utilización de maquinaria y, por tanto, de energía (combustibles fósiles sobre todo), aumento en el aporte hídrico mediante la generalización del regadío, y fundamentalmente, la aplicación masiva de un arsenal químico en forma de biocidas y fertilizantes de síntesis.

España sigue siendo el único país de la UE que cultiva transgénicos a gran escala. En 2009, se cultivaron en nuestro territorio cerca de 80.000 hectáreas de maíz transgénico, además de realizarse ensayos experimentales de nuevas variedades al aire libre. Nuestro país se encuentra –lamentable record-, a la cabeza de Europa en el cultivo e investigación de nuevas variedades de plantas transgénicas, presionando incluso a las instituciones de la Unión Europea para que levanten el veto a dichos productos, cuyo cultivo está expresamente prohibido en la mayoría de las demás estados.

Según estimaciones oficiosas Castilla-La Mancha es la tercera región de España en superficie dedicada al cultivo de plantas transgénicas, principalmente de maíz, con plantaciones experimentales, de las que apenas hay datos y cuyos registros se mantienen casi en secreto, en Porzuna (Ciudad Real), Malpica de Tajo (Toledo) y la finca Las Tiesas de la Diputación Provincial, en Albacete.

Durante la semana en curso, diferentes colectivos ecologistas están desarrollando una campaña de concienciación y denuncia contra los cultivos transgénicos, así como de la amenaza que suponen para nuestra salud, que además deterioran el medio ambiente, destruyen la biodiversidad y el modelo de producción agrícola tradicional.

Desde un punto de vista legal no se deberían elaborar ni poner en circulación alimentos que procedan de plantas transgénicas o animales alimentados con ellas, sin antes tener la certeza de que son inocuos para la salud de los consumidores. Los alimentos obtenidos a partir de productos OMG pueden tener graves repercusiones en la salud que aún son desconocidas y que es necesario aclarar.

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