El domingo día 29 del pasado mes de marzo el Banco de España decide no dar más tregua e intervenir la Caja de Castilla-La Mancha. No pasó por alto para nadie el modus operandi de la intervención, se produjo un fin de semana y fue el Consejo de Ministros reunido de forma extraordinaria quien aprobó el Real Decreto-Ley 4/2009 que regulaba la intervención. Se hizo así porque existía una situación de extraordinaria y urgente necesidad que lo justificaba, pretendía asegurar que la entidad se mantuviera en condiciones de seguir cumpliendo con sus obligaciones. El Banco de España actuó de forma obligada y urgente ante el riesgo en el que se encontraba la Caja, decidió la sustitución de los miembros de los órganos de administración y avalar durante el ejercicio 2009 por un importe máximo de 9.000 millones de euros en garantía de las obligaciones derivadas de las financiaciones que pudieran otorgarse. Todo ello contrasta con las declaraciones del Presidente Barreda que llegó a reconocer, esa misma tarde, la inexistencia de irregularidades; dos días después conocimos que la CCM no tenía ganancias, tenía grandes perdidas que aún arrastra.
Después, salvada la situación de riesgo con dinero público y bajo el control del Banco de España, llegó la tranquilidad a los impositores, depositarios, trabajadores y ciudadanos en general. Que la Caja tenga futuro, veremos cual, que todos debamos actuar con absoluta responsabilidad para no perjudicar a la entidad y a sus casi tres mil trabajadores, no puede impedir que sigamos reclamando verdad, transparencia y responsabilidades por una gestión que ha llevado a la Caja al borde del abismo. No nos vale que el Gobierno regional actúe como si este gravísimo asunto no fuera con él y ejercite un grado absoluto de amnesia y desconocimiento ante los ciudadanos. Nadie se puede creer que un destacado político dirija la entidad a “cuenta y por mandato”de los dirigentes de su partido y de su gobierno y luego actúe por libre, no ha sido así. Tampoco es de recibo que los miembros del Consejo de Administración nombrados por el PP aprobarán la gestión y ahora clamen contra ella. Tenemos derecho a conocer esa gestión y exigir responsabilidades para que no se vuelvan a cometer los errores del pasado; las cajas deberían servir a los intereses generales de la región y no a otros, deben generar riqueza de manera socializada y no particular.
Como un brazo ejecutor de un Gobierno con más de dos décadas de poder absoluto, la inversión desmedida de la CCM en el ladrillo, el amiguismo y la ambición descontrolada por hacer fortuna fácil y rápida es lo que ha acabado por llevarla a la situación actual. No se puede entender lo sucedido con la CCM sin enmarcarlo en el contexto político general de Castilla-La Mancha y en el contexto concreto de la política llevada a cabo en urbanismo durante la última década. El complicado momento de CCM es el resultado de una apuesta desde el Gobierno regional por un modelo económico especulativo basado en la burbuja inmobiliario y demasiado dependiente del ladrillo.
Será muy interesante conocer cual va a ser el resultado final del expediente abierto por el Banco de España a los administradores de la Caja de Castilla-La Mancha.
Daniel Martínez Sáez, Coordinador Regional IU Castilla-La Mancha
Después, salvada la situación de riesgo con dinero público y bajo el control del Banco de España, llegó la tranquilidad a los impositores, depositarios, trabajadores y ciudadanos en general. Que la Caja tenga futuro, veremos cual, que todos debamos actuar con absoluta responsabilidad para no perjudicar a la entidad y a sus casi tres mil trabajadores, no puede impedir que sigamos reclamando verdad, transparencia y responsabilidades por una gestión que ha llevado a la Caja al borde del abismo. No nos vale que el Gobierno regional actúe como si este gravísimo asunto no fuera con él y ejercite un grado absoluto de amnesia y desconocimiento ante los ciudadanos. Nadie se puede creer que un destacado político dirija la entidad a “cuenta y por mandato”de los dirigentes de su partido y de su gobierno y luego actúe por libre, no ha sido así. Tampoco es de recibo que los miembros del Consejo de Administración nombrados por el PP aprobarán la gestión y ahora clamen contra ella. Tenemos derecho a conocer esa gestión y exigir responsabilidades para que no se vuelvan a cometer los errores del pasado; las cajas deberían servir a los intereses generales de la región y no a otros, deben generar riqueza de manera socializada y no particular.
Como un brazo ejecutor de un Gobierno con más de dos décadas de poder absoluto, la inversión desmedida de la CCM en el ladrillo, el amiguismo y la ambición descontrolada por hacer fortuna fácil y rápida es lo que ha acabado por llevarla a la situación actual. No se puede entender lo sucedido con la CCM sin enmarcarlo en el contexto político general de Castilla-La Mancha y en el contexto concreto de la política llevada a cabo en urbanismo durante la última década. El complicado momento de CCM es el resultado de una apuesta desde el Gobierno regional por un modelo económico especulativo basado en la burbuja inmobiliario y demasiado dependiente del ladrillo.
Será muy interesante conocer cual va a ser el resultado final del expediente abierto por el Banco de España a los administradores de la Caja de Castilla-La Mancha.
Daniel Martínez Sáez, Coordinador Regional IU Castilla-La Mancha
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