Para Izquierda Unida (IU) los actos conmemorativos a celebrar en las instituciones y organismos de la región deberían ser protagonizados por ciudadanos anónimos que leyeran artículos de la Carta Magna
Después del amago del presidente del Congreso de los Diputados, el hermano José Bono, para organizar un acto coincidiendo con el treinta aniversario de la proclamación del texto constitucional en el que personajes “famosos” iban a proceder a la lectura de algunos artículos de la Constitución, desde IU creemos que el próximo día 6 de diciembre, en aquellos actos oficiales de las instituciones y organismos de la región, se debería dar la voz y la palabra a ciudadanos de a pié, que son los que verdaderamente padecen y reflejan la realidad de nuestra sociedad.
Nos quieren volver a repetir la misma experiencia que en la campaña del referéndum de la Constitución europea del año 2005, cuando se echó mano de algunos deportistas y cantantes para enseñar lo que interesó a los grandes partidos políticos que apoyaron el Tratado europeo, ocultando la opinión de quienes planteábamos una posición crítica hacia él y sus oscuros contenidos.
Por ejemplo el artículo 35, del derecho al trabajo, debería ser leído por un trabajador parado, expulsado del mercado laboral en uno de los muchos expedientes de regulación de empleo que se están presentando por las empresas en crisis. Una mujer trabajadora de nuestra región, que cobra un 25% menos que su compañero, podría seguir leyendo este artículo cuando se habla del derecho a “una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia, sin que en ningún caso pueda hacerse discriminación por razón de sexo”.
Un joven sin emancipar del domicilio familiar, que en caso de trabajar, tiene que dedicar un 75% de su sueldo a adquirir una vivienda, podría dar lectura al artículo 47 que dice literalmente que “Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada”.
También se podría convocar a una madre que regularmente va al centro de salud de su pueblo en el que no hay consulta de pediatria, para que lea el artículo 43.1: Se reconoce el derecho a la protección de la salud.
Después del amago del presidente del Congreso de los Diputados, el hermano José Bono, para organizar un acto coincidiendo con el treinta aniversario de la proclamación del texto constitucional en el que personajes “famosos” iban a proceder a la lectura de algunos artículos de la Constitución, desde IU creemos que el próximo día 6 de diciembre, en aquellos actos oficiales de las instituciones y organismos de la región, se debería dar la voz y la palabra a ciudadanos de a pié, que son los que verdaderamente padecen y reflejan la realidad de nuestra sociedad.
Nos quieren volver a repetir la misma experiencia que en la campaña del referéndum de la Constitución europea del año 2005, cuando se echó mano de algunos deportistas y cantantes para enseñar lo que interesó a los grandes partidos políticos que apoyaron el Tratado europeo, ocultando la opinión de quienes planteábamos una posición crítica hacia él y sus oscuros contenidos.
Por ejemplo el artículo 35, del derecho al trabajo, debería ser leído por un trabajador parado, expulsado del mercado laboral en uno de los muchos expedientes de regulación de empleo que se están presentando por las empresas en crisis. Una mujer trabajadora de nuestra región, que cobra un 25% menos que su compañero, podría seguir leyendo este artículo cuando se habla del derecho a “una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia, sin que en ningún caso pueda hacerse discriminación por razón de sexo”.
Un joven sin emancipar del domicilio familiar, que en caso de trabajar, tiene que dedicar un 75% de su sueldo a adquirir una vivienda, podría dar lectura al artículo 47 que dice literalmente que “Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada”.
También se podría convocar a una madre que regularmente va al centro de salud de su pueblo en el que no hay consulta de pediatria, para que lea el artículo 43.1: Se reconoce el derecho a la protección de la salud.
Un alcalde de un pequeño municipio puede dar lectura al artículo 40.1 que dice que “Los poderes públicos promoverán las condiciones favorables para el progreso social y económico y para una distribución de la renta regional y personal más equitativa”.
Un pensionista de Castilla la Mancha, que cobra de media 671 euros al mes, podría leer el artículo 50 que afirma que “los poderes públicos garantizarán, mediante pensiones adecuadas y periódicamente actualizadas, la suficiencia económica a los ciudadanos durante la tercera edad”.
Hay que tener la dignidad y la vergüenza de mirarnos al espejo y reconocer que la Constitución, tras treinta años de su promulgación, en muchos aspectos, lisa y llanamente, no se cumple.
Un pensionista de Castilla la Mancha, que cobra de media 671 euros al mes, podría leer el artículo 50 que afirma que “los poderes públicos garantizarán, mediante pensiones adecuadas y periódicamente actualizadas, la suficiencia económica a los ciudadanos durante la tercera edad”.
Hay que tener la dignidad y la vergüenza de mirarnos al espejo y reconocer que la Constitución, tras treinta años de su promulgación, en muchos aspectos, lisa y llanamente, no se cumple.
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