Hace algunos años el PSOE a través de un comunicado difundido en municipios ribereños del Cigüela, cuyo cauce atraviesa las provincias de Cuenca, Toledo y Ciudad Real, se afirmaba que sería una “barbaridad que el río Cigüela dejara de ser el medio para trasvasar agua a las Tablas de Daimiel en beneficio de la Tubería a la Llanura Manchega”. En dicho comunicado se aseveraba también que “sería una aberración ecológica y un disparate político que se relegara el cauce natural del Cigüela a favor de una canalización artificial que supondría la ruina de los acuíferos de los municipios ribereños”.
También por entonces, el Consejero de Medio Ambiente y Desarrollo Rural, José Luis Martínez Guijarro, que en la actualidad lo es de Agricultura y Desarrollo Rural y Secretario General del PSOE en Cuenca, manifestaba en un escrito de contestación a la Plataforma Gigüela Vivo, que la conducción de la Tubería Manchega “no afectaría en ningún momento el caudal y funcionamiento del río Cigüela”.
Hoy la realidad sobrepasa con creces aquellas afirmaciones, dejando al descubierto las mentiras que entrañaban y la evidencia de que el cauce y el caudal del río Cigüela han sido alterados en la localidad toledana de Villanueva de Alcardete. Mediante la construcción de un azud (presa) e instalación de un equipo de bombeo –obras realizadas sin Estudio de Impacto Ambiental-, se está desviando agua del caudal del Cigüela y del trasvase Tajo-Segura a la Tubería a la Llanura Manchega, con la que se ha empezando a encharcar el humedal de Las Tablas de Daimiel y así empezar a apagar los incendios subterráneos de turba y contrarrestar la situación agónica que registra este Parque Nacional.
Quedan de nuevo al descubierto las mentiras del gobierno regional en materia de agua y servido el esperpento en la negociación parlamentaria del Estatuto de Autonomía y el fututo del Trasvase Tajo-Segura. La sociedad de Castilla-La Mancha y especialmente los municipios ribereños afectados, merecen que por parte del gobierno regional se explique por qué en 2006 se decía una cosa y ahora se hace otra, así como si es preciso una rectificación y disculpa pública sobre el particular.
Los pantanos de cabecera del Tajo a pesar del incremento de agua embalsada en las últimas semanas por las precipitaciones registradas, almacenan un porcentaje de agua menor que el que registran las cuencas del Segura, Júcar y Turia e incluso la propia cuenca alta del Guadiana, donde se están produciendo desembalses.
Se está desaprovechando una oportunidad irrepetible para atender la urgencia de Las Tablas de Daimiel, con soluciones desde la propia cuenca del Guadiana, sin exportar el problema, ni buscar la justificación de innecesarias obras faraónicas como el trasvase de la Tubería a la Llanura Manchega, “parche” momentáneo que no soluciona la problemática del Acuífero 23 con un déficit hídrico acumulado de alrededor de 3.000 hm3.
La recién visita de hace unos días a Las Tablas del Presidente Regional José María Barreda y de la Ministra de Medio Ambiente, Rural y Marino, Elena Espinosa, las fotos, las declaraciones de que ya está todo arreglado, son un episodio más en la larga y agónica historia de este humedal cuya salvación –si es que existe todavía-, pasa por solucionar los problemas de sobrexplotación del Acuífero 23 y su recarga, así como el mantenimiento de una reserva de agua con garantías para los municipios ubicados sobre este acuífero.
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