Gaspar Llamazares en el Congreso
(30-8-2011) Intervención íntegra ante el Pleno del Congreso de
Gaspar Llamazares, portavoz parlamentario de IU
Señorías, agradezco la generosidad del Grupo
Parlamentario Catalán (CiU) de la misma manera que afeo la falta de generosidad
de los dos grupos parlamentarios proponentes. Hablo en nombre de un grupo
parlamentario y hablo en nombre de una fuerza política dentro de la cual
participa uno de los ponentes constitucionales, el Partido Comunista de España,
al que ni siquiera se le ha dado el trámite de audiencia. No se nos ha llamado
ni se nos ha tenido en cuenta; se nos ha ninguneado. Esa es una cuestión que
quizá tiene que ver con la ruptura del consenso constitucional. Es una cuestión
muy importante que hoy se ve de manera plástica en esta Cámara.
Si la Constitución tenía un determinado volumen de
apoyos desde el punto de vista de la pluralidad política y territorial del
país, su reforma constitucional rompe desde ese mismo punto de vista el
consenso constitucional. ¿Por qué, señorías? Porque se trata de un golpe a la
Constitución, porque es un forma moderna del 'caballo de Pavía'. Es una forma
moderna de abrir un periodo de restauración y de involución democrática en
nuestro país. Este golpe a la Constitución supone algo muy importante y por eso
digo que no es una reforma parcial, que es una reforma total de la
Constitución.
Ustedes sustituyen una querencia del Grupo
Parlamentario Popular, que es la soberanía de la Nación española, y otra -con
la que podemos estar más de acuerdo-, que es la soberanía de los ciudadanos por
la soberanía de los mercados. Es decir, el constituyente a partir de esta
reforma son los mercados y la especulación financiera. Es toda una degradación de
nuestra Constitución, que termina siendo un balance de pérdidas y ganancias que
juega en Bolsa. Esa es la realidad cuando se habla de confianza y de las
empresas de rating en relación con esta reforma constitucional.
Además, señorías, lo hacen ustedes de una forma
inaceptable. Como parlamentario me rebelo ante una iniciativa que me ningunea,
ante una iniciativa que prescinde de mi autonomía política y que prescinde
además de mi derecho de participación política. Vulneran ustedes también un
principio fundamental de la Constitución: el derecho de participación y
representación política de los parlamentarios.
Una reforma constitucional, señorías, no se puede
presentar en agosto con 'agosticidad' y alevosía. Una reforma constitucional no
se puede tramitar en 48 horas. Una reforma constitucional no puede hacerse
mediante el trámite de lectura única. Si hay algo esencialmente parlamentario
es la enmienda, la negociación, el acuerdo, la transacción y, finalmente, la
votación. Ustedes nos hurtan buena parte de nuestra libertad y buena parte de
nuestra representación parlamentaria. Si no lo veo, no lo creo. Me parece un
desvarío -desvarío veraniego, pero desvarío- que los que otrora hablaban de la
sagrada Constitución ahora, en horas veinticuatro, pasen de la Constitución
sacralizada a la Constitución balance de pérdidas y ganancias. Señorías, es de
todo punto inaceptable.
Además, lo hacen por unas razones que en nuestra
opinión no se sostienen. Señorías, hablan ustedes del rigor presupuestario,
hablan del equilibrio y de la estabilidad. Da la impresión de que hemos estado
en una fiesta y ahora hay que hacer penitencia; podríamos denominarlo el
'calvinismo constitucional'. Pues bien, señorías, la buena parte o la mayoría
de la ciudadanía española no ha participado en su fiesta, no la llamen ustedes
a la penitencia. Porque no es verdad, señorías, que esta reforma constitucional
busque el equilibrio, busca el desequilibrio, busca imponer de todas formas la
opulencia y el despilfarro privado, que son los dos tercios de la deuda de este
país, e imponer la austeridad pública, la restricción a la iniciativa pública.
Si aplicáramos el compromiso que ustedes tienen en
forma de ley del 0,4 por ciento del déficit, ¿saben ustedes cuántos años
cumpliría ese compromiso la OCDE en los 20 últimos años? Ni un solo año, ni
uno, señorías. ¿Saben cuántas veces cumpliría ese compromiso la Unión Europea?
Ni un solo año cumpliría ese compromiso del 0,4 de déficit estructural. ¿Y
saben -digamos- nuestro mandato franco-alemán cuánto cumpliría ese compromiso?
Prácticamente nada. En los últimos 20 años Francia no ha cumplido ni un solo
año con ese criterio de déficit y Alemania un solo año de 20. ¿Saben lo que
significa eso? Que para hacer políticas públicas, para remontar las crisis
económicas es fundamental el margen de maniobra que ustedes hoy le niegan al
poder público.
Por lo tanto, no se trata de rigor, no es verdad, y
tampoco se trata de estabilidad, se trata fundamentalmente de recortes
sociales, se trata de privatizaciones y se trata de recesión económica.
Eso es lo que ustedes están entronizando en el día de hoy, el fracaso del
ajuste frente a la crisis, eso es lo que convierten ustedes en principio
constitucional. No es verdad, pues, buena parte de su razonamiento sobre esta
reforma constitucional.
Señorías, esta reforma constitucional no es una
reforma parcial, afecta al Título preliminar, a la soberanía del pueblo
español; afecta al Estado democrático y social, afecta también al Título I,
afecta a los derechos sociales. Por lo tanto, se trata de una reforma dura y,
como tal, hay que tratarla: hay que acordarla, hay que disolver la Cámara y hay
que convocar referéndum. Es decir, no se trata del artículo 167 que ustedes
graciosamente aplican -graciosamente digo- ignorando la participación de la
ciudadanía, no, se trata del artículo 168 cuando se modifican aspectos
esenciales y nodales de la Constitución española. Por lo tanto, señorías, el
referéndum es ineludible.
En el espíritu y en la letra de la Constitución el
referéndum está fundamentalmente en torno a las reformas globales, pero también
en cualquier reforma parcial. Cuando el constituyente estableció el 10 por
ciento de diputados y senadores lo que quería decir es que el referéndum es un
mecanismo necesario de apelar a la voluntad popular en relación con la reforma
constitucional.
Señorías, golpe a la Constitución, secuestro de la
voluntad popular, negación de la iniciativa parlamentaria y, por qué no
decirlo, de la autonomía de la política y de la autonomía financiera de las
comunidades autónomas.
Termino, señorías, planteando que se rebelen.
Señorías, para lo que nos queda en el convento podríamos hacer un acto de
dignidad: decir que de esta manera, no; de esta forma, sin participación
popular, no; de esta forma, al margen de la participación y la intervención
parlamentaria, no; de esta manera también, en que desde fuera y desde los
mercados nos imponen una nueva soberanía en la Constitución, tampoco. Por eso
les pido que se rebelen retirando esta iniciativa, convocando elecciones y
permitiendo que opine la ciudadanía; es la forma más fácil de permitir el
debate público.
Si lo mantienen, les pido que sometan esta iniciativa
a referéndum porque la naturaleza de la misma obliga, pero también porque la
sensibilidad democrática debería conllevar el referéndum. En todo caso, les
pido que permitan las enmiendas, el trámite en Comisión, que permitan la
actividad de los parlamentarios, que nos reconozcan como dignos parlamentarios
y no como un rebaño de ovejas. No lo somos ni lo vamos a tolerar.
Señorías, termino con una referencia a 'El mercader de
Venecia' de Shakespeare. El mercader de Venecia se salva finalmente por el amor
y por la política, porque la ciudad se pone del lado del amor y de la política.
Ustedes se están poniendo del lado de la usura. Señorías, ese no es el papel de
la ciudad, ese no es el papel de la democracia. Muchas gracias.
http://izquierda-unida.es/node/9152
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